martes, 5 de abril de 2016

That’s English. About journalists and Cultural Heritage

M. E. Boyle

QUE EL PERIODISMO iba por malos derroteros era algo que se veía venir desde que se generalizaron esos programas de gritos e insultos a los que, al principio, solo acudían personajes y reporteras (también reporteros, aunque para este caso el género femenino viene que ni pintado) del inframundo cuché, moderados (es un decir) por árbitros titulados en ciencias de la información (también es un decir). El formato televisivo se clonó enseguida (y se multiplicó en modo radiofónico) con asientos ocupados por tertulianos provenientes del mundo político y periodístico (para el caso de estos últimos, véase también el eufemismo analistas políticos), que vinieron a demostrar lo que resulta una obviedad: que los intocables dirigentes y sus colegas de timba, los informadores, son tan del pueblo como el que más.


El alarmante nivel de mediocridad al que ha llegado la profesión periodística, masificada y rendida a la nada, lo refleja bien esta fotografía que ha rulado por los papeles recientemente: por fin un patente reflejo de la subordinación circense de los del fondo hacia los del primer plano. El más listo, el que saca la foto: siempre hay esperanza de encontrar vida inteligente, aunque solo sea uno frente a la multitud.



Juan Carlos Hidalgo/EFE

Pero como este es un blog preocupado por la cultura asturiana, no vamos a entretenernos aquí con la pantomima mediática del asunto anterior, aunque sí nos viene al pelo para introducir la desazón que hoy nos invade: el quehacer cultural del periodista local.

Estaremos de acuerdo todos en que si hay un elemento del patrimonio cultural asturiano que tiene tirón mediático, ese es la cueva de Tito Bustillo. De ella sabemos cuándo y por qué abre (LNE 01/04/2011) y cuándo y por qué cierra (LNE 22/10/2013), cuánta gente entra y cuánta sale (LNE 14/03/2012), si se inunda o si está tranquila (LNE 31/03/2016), si al turista le gusta o no (LNE 02/04/2015), si la visita tal político, tal actor o tales centros escolares de todo el mundo mundial, o el peregrino que retrocede a la prehistoria desde el Camino del Norte (LNE 28/07/2013). También solemos estar al tanto de la opinión (a menudo sombría) que el alcalde de turno tiene sobre el sitio (LNE 15/05/2015) y de las críticas que suscita en asociaciones y grupos locales de toda índole (LNE 21/11/2014). En ocasiones, incluso se nos informa sobre asuntos claramente relacionados con el valor patrimonial de la cueva y su interés social: así, las predicciones del técnico electricista (LNE 01/04/2016) o los cambios realizados en la instalación eléctrica (LNE 02/04/2016). Y en otras, como no, de los gimoteos de los chigreros y albergueros del lugar, exigiendo siempre hacia afuera lo que ellos incumplen hacia adentro:






Y así es desde que, con el descubrimiento de la cueva de Ribadesella a finales de los años 60, Asturias se integró en el exquisito euro-circuito paleolítico que, partiendo de Lascaux, pasa por Altamira y corona su áureo recorrido en Tito Bustillo (LNE 12/04/2008). ¡Ay, Señor, Señor, cuántos adjetivos y qué pocos argumentos!


Cronistas, corresponsales y gacetilleros de todo ámbito han contribuido a la promoción de las bellezas e incidencias de este Bien de Interés Cultural, así que tras casi diez lustros de escaparate público, los recursos informativos se han ido agotando, adquiriendo graves tintes de extenuación en las más recientes crónicas, reservadas para los días feriados de la pasada Semana Santa. Y viene nuevamente al caso recurrir al diario independiente astur La Nueva España, pues es el que en esta ocasión ha engendrado la exclusiva.

Acostumbrados nos tiene este rotativo al sermón y anecdotario de ámbito regional paridos desde el centro neurálgico de la calle Calvo Sotelo, aunque no debemos perder de vista que también cuenta con segundones comarcales, opinadores encaramados al púlpito parroquial (LNE 12/04/2014).

Dada la importancia real de la cueva de Tito Bustillo y puesto que ha sido recientemente abierta la temporada de visitas de 2016, el retén local de periodistas de La Nueva España podría haberse hecho eco de la entidad de su arte rupestre, de la importancia de su conservación, de la calidad de las visitas que a ella se realizan o del interés que tiene el equipamiento cultural asociado a la cueva. Podrían también haber ejercido como rigurosos informadores, intentando hacer llegar a sus lectores la singularidad del patrimonio que tienen a la puerta de casa. Pero no, para esta ocasión han preferido parapetarse con artillería tecnológica y generar un artificio editorial. El papel no debe ser tan caro como lo pintan: tres días y varias páginas dedicadas a las visitas electrónicas personalizadas.

Desplegando coherencia, el orden cronológico del serial ha sido canónico:

Primer paso procesional (miércoles, 23 de marzo), “Preparativos de la Semana Santa”: en la cabecera, el padre Ramón recita el sermón meditado el día anterior en la sacristía; a sus pies, el monaguillo P. Martínez hace entrega de la lectura litúrgica a los empresarios y agentes turísticos.





Segundo paso procesional (jueves, 24 de marzo): el monaguillo traslada la plegaria eucarística a la feligresía convocada.




Tercer paso procesional (viernes, 25 de marzo): el aplicado monaguillo brinda a sus lectores la homilía política.




Amén.

Dadas las creativas performances a las que nuestros afanosos reporteros orientales recurren para la mejora de la gestión del patrimonio cultural, se nos antoja sugerirles se incorporen, con cámara, libreta o micrófono, tanto da, a la marabunta arriba apostada en la Carrera de San Jerónimo. Quizá así logren pasar también anónimamente desapercibidos. Por esta zona norte, en el terreno en el que se mueven es tan pequeño que ya no les queda prau donde hacer el ridículo.

Post Scriptum. Tras la Semana Santa, la pertinaz lluvia acaba de provocar la cíclica inundación interior de Tito Bustillo. Como tooodos los años, el evento ha sido noticia de primera plana local. Vista la tendencia, extraña que a nuestros avezados comentaristas no se les haya ocurrido para esta ocasión el siguiente titular:



Ribadesella exige paseos turísticos en kayak por la cueva de Tito Bustillo, dirigidos por monitores que hablen inglés o, en su defecto, aporten audio tours waterproof

Para despedirnos, nos queda encomendarnos, a la carrera, a San Jerónimo de Estridón, notable erudito, que contribuyó al uso generalizado del Latín como lengua de comunicación en la Iglesia, y en cuyo honor se celebra, cada 30 de septiembre, el Día Internacional de la Traducción...
San Jerónimo de Estridón, notable erudito, que contribuyó al uso generalizado del Latín como lengua de comunicación en la Iglesia, y en cuyo honor se celebra, cada 30 de septiembre, el Día Internacional de la Traducción...